Aunque poco conocida, la colina es un nutriente esencial para el funcionamiento del cerebro y del sistema nervioso. Presente en alimentos como los huevos, la carne, el pescado, el brócoli y los cacahuetes, cumple un rol clave en la memoria, el aprendizaje y la salud mental.
Nuestro cuerpo produce solo una pequeña cantidad de colina, por lo que es necesario obtenerla a través de la dieta. Estudios han demostrado que una mayor ingesta de colina puede mejorar el rendimiento cognitivo, reducir la ansiedad y proteger contra enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson o el TDAH.
Durante el embarazo, la colina es especialmente importante: contribuye al desarrollo cerebral del feto y podría disminuir el riesgo de trastornos como la dislexia. Por ello, se recomienda aumentar su consumo en esta etapa.
Pese a sus beneficios, gran parte de la población no consume suficiente colina. Un huevo contiene unos 150 mg, pero las recomendaciones diarias van desde los 400 hasta los 550 mg, según la edad y condición.
Garantizar una ingesta adecuada de colina es una forma sencilla de cuidar el cerebro desde el nacimiento y a lo largo de la vida.