La fisióloga y corredora Lindsay Ludlow, de Ann Arbor, señala que diversos estudios han demostrado que correr solo unos minutos al día puede tener un impacto significativo en la salud a largo plazo. Esta breve actividad física no solo reduce el riesgo de mortalidad, sino que lo hace de manera especialmente efectiva frente a enfermedades cardiovasculares, que son una de las principales causas de muerte a nivel mundial.
Además de sus beneficios cardiovasculares, correr diariamente mejora la condición física en general. Incluso con solo 10 minutos de carrera, el cuerpo experimenta mejoras en la resistencia, la fuerza muscular y la capacidad pulmonar, lo que ayuda a mantener una buena salud a lo largo del tiempo. Este ejercicio corto también es conocido por sus efectos positivos en el estado de ánimo: la liberación de endorfinas durante la actividad física genera una sensación de bienestar, aliviando el estrés y la ansiedad.
Otro de los grandes beneficios de esta rutina es su impacto en el envejecimiento. La actividad cardiovascular ayuda a ralentizar el proceso de envejecimiento celular, lo que a su vez contribuye a mantener una apariencia más joven y saludable. Correr también favorece un mejor descanso nocturno, ayudando a regular los patrones de sueño, lo que permite que el cuerpo se recupere de manera más efectiva.
Finalmente, la práctica constante de correr mejora la autoimagen. A medida que una persona experimenta avances en su resistencia y bienestar general, se siente más satisfecha consigo misma, lo que repercute positivamente en su confianza y autoestima.