La creatina es una sustancia producida naturalmente por el cuerpo, especialmente en los músculos, y se usa comúnmente como suplemento en polvo para mejorar el rendimiento físico. Aunque es eficaz para potenciar el rendimiento muscular durante el ejercicio, no todas las personas deben consumirla.
Las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia deben evitarla debido a la falta de estudios que respalden su seguridad en estas etapas. También está contraindicada para personas con problemas renales, como cálculos renales o aquellos que han recibido un trasplante de riñón, ya que puede afectar negativamente la función renal.
En personas con la enfermedad de Parkinson, la creatina no presenta un riesgo directo por sí sola, pero su combinación con cafeína podría agravar los síntomas de la enfermedad, como el temblor y la rigidez muscular.
A pesar de sus beneficios, la creatina también puede causar efectos secundarios como daño hepático, cálculos renales, aumento de peso, hinchazón, deshidratación, pérdida de cabello y calambres musculares. Por lo tanto, es recomendable consultar a un profesional de la salud antes de incluirla en tu régimen de suplementación.