Un brote de sarampión en Texas ha generado preocupación entre las autoridades sanitarias, con más de 300 casos confirmados desde finales de enero. El Departamento de Servicios de Salud del Estado de Texas (DSHS) reportó 30 nuevos contagios en el oeste del estado, concentrados en el condado de Gaines, que se ha convertido en el epicentro del brote.
El incremento de casos ha estado acompañado por una baja tasa de vacunación, ya que solo dos de los 309 pacientes estaban inmunizados. Algunos de los casos inicialmente catalogados como vacunados recibieron la dosis después de haber estado expuestos al virus, lo que impidió que desarrollaran inmunidad a tiempo. Las autoridades reiteran la importancia de la vacunación preventiva, ya que el organismo necesita alrededor de 14 días para generar defensas contra la enfermedad.
El sarampión es altamente contagioso y se propaga a través del aire o el contacto con gotículas infectadas. Sus síntomas incluyen fiebre alta, tos, congestión nasal, conjuntivitis y un característico sarpullido que comienza en el rostro y se extiende al cuerpo. Una persona infectada puede transmitir el virus desde cuatro días antes de la aparición del sarpullido hasta cuatro días después. Las autoridades de salud continuarán monitoreando la situación y brindando actualizaciones periódicas.