El estrés no solo afecta nuestra mente y bienestar emocional, sino que también puede tener serias repercusiones en nuestra salud dental. Uno de los problemas más comunes derivados del estrés es el bruxismo, un trastorno que consiste en apretar o rechinar los dientes de manera involuntaria, y que puede causar graves daños en la salud bucal.
El bruxismo generalmente ocurre mientras dormimos, aunque también puede suceder durante el día. Las personas que sufren de estrés o ansiedad suelen ser más propensas a desarrollar esta condición, ya que el sistema nervioso se activa durante momentos de tensión, lo que lleva a una sobrecarga en los músculos de la mandíbula.
El rechinamiento constante de los dientes puede desgastar el esmalte dental, lo que lleva a una mayor sensibilidad dental y aumento de riesgo de caries. También puede generar dolores crónicos en la mandíbula, dificultando la masticación o incluso hablar, además de causar inflamación en las encías debido a la presión constante aplicada por el bruxismo.
El estrés genera un estado de alerta en el cuerpo, lo que aumenta los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Esto, a su vez, puede provocar tensión muscular y, en algunos casos, desencadenar el rechinamiento de dientes. En situaciones de estrés prolongado, este comportamiento se puede intensificar.
Para reducir el bruxismo causado por el estrés, se recomienda practicar técnicas de relajación como la meditación, respiración profunda o yoga, lo que ayuda a reducir los niveles de ansiedad y tensión. Consultar a un dentista para obtener una férula dental nocturna también puede proteger los dientes durante el sueño y evitar daños.