A pesar de los esfuerzos legislativos para proteger el maíz nativo en México, el país continúa importando miles de toneladas de maíz transgénico de Estados Unidos, lo que pone en grave riesgo la biodiversidad de las especies de maíz mexicano.
Alrededor del 90% del maíz que llega de EU es genéticamente modificado, lo que genera preocupaciones entre científicos y agricultores. Esta importación masiva de maíz transgénico podría ocasionar el entrecruzamiento de las semillas modificadas con las nativas, poniendo en peligro la diversidad genética del maíz mexicano.
Los expertos advierten que la polinización cruzada entre maíz transgénico y nativo amenaza la pureza de las semillas autóctonas, fundamentales para la seguridad alimentaria del país y la adaptación a cambios climáticos. El maíz mexicano es considerado el reservorio vivo de la diversidad genética del grano, y su protección es crucial no solo para preservar tradiciones culturales, sino también para garantizar su resiliencia frente a desafíos futuros.
El uso de maíz transgénico, que ha sido modificado para tolerar herbicidas y pesticidas, también plantea riesgos para la salud humana y el ecosistema. A pesar de las iniciativas del gobierno para frenar esta amenaza, los estudios señalan que los rastros de transgenia ya se encuentran presentes en algunos cultivos nacionales, lo que resalta la urgencia de políticas más eficaces para salvaguardar las especies de maíz mexicano.