El Papa Francisco, de 88 años, ha sido diagnosticado con neumonía bilateral, una complicación derivada de una infección respiratoria, que también involucra bronquitis asmática.
Su tratamiento incluye antibióticos y cortisona, pero las pruebas siguen mostrando un cuadro clínico complejo. A pesar de su condición, el pontífice se mantiene de buen ánimo y agradecido por el apoyo recibido.
El Vaticano canceló algunas actividades, incluyendo audiencias y misas programadas para el fin de semana, y nombró sustitutos para continuar con los actos del Año Santo. Se espera que los próximos eventos relacionados con el Jubileo, programados para principios de marzo, se vean afectados.
La hospitalización del Papa fue necesaria debido a un empeoramiento de su bronquitis, aunque no se ha confirmado cuánto tiempo permanecerá internado.