El Papa Francisco, de 88 años, sigue en proceso de recuperación tras haber sido hospitalizado durante cinco semanas debido a una neumonía doble. Aunque su estado de salud ha mejorado, enfrenta un nuevo reto: las secuelas de la oxigenoterapia de alto flujo le han afectado la voz, por lo que necesita rehabilitación para recuperar su capacidad de hablar con normalidad. Este tratamiento, utilizado para pacientes con insuficiencia respiratoria, puede provocar resequedad en las vías respiratorias y debilitar las cuerdas vocales, dificultando la articulación del habla.
Especialistas en foniatría y terapia del habla explican que quienes reciben oxigenoterapia prolongada pueden experimentar disfonía y debilidad en los músculos vocales, lo que hace necesaria una rehabilitación específica. En el caso del Papa, su proceso de recuperación incluirá ejercicios para fortalecer la voz y mejorar su capacidad de comunicación. Aunque su estado es estable y ha dejado de utilizar ventilación mecánica, sigue recibiendo oxígeno a través de una cánula nasal, lo que sugiere que su evolución será progresiva y bajo supervisión médica.
Las especulaciones sobre una posible renuncia del pontífice han aumentado en las últimas semanas debido a su salud, pero fuentes cercanas al Vaticano aseguran que continúa firme en su labor y decidido a seguir adelante. Aunque aún no hay una fecha confirmada para su regreso a la sede papal, su equipo médico se mantiene cauteloso y busca garantizar su plena recuperación antes de retomar su agenda. Mientras tanto, el Papa sigue bajo observación y enfocado en su rehabilitación vocal, un paso clave para retomar sus funciones como líder de la Iglesia católica.