México ha reducido su dependencia comercial de Estados Unidos al incrementar sus importaciones desde Asia, lo que marcó un hito en 2024 al superar por primera vez a su vecino del norte como principal proveedor.
Según datos del Banco de México, el 40.5 % de las importaciones mexicanas provinieron de Asia, mientras que la participación de Estados Unidos cayó al 40.1 %, su nivel más bajo registrado.
Este cambio ha sido impulsado por la competitividad de los productos asiáticos, el nerviosismo ante posibles tensiones comerciales con Washington y la búsqueda de alternativas de proveeduría.
Aunque el gobierno mexicano busca fortalecer la industria nacional, persisten retos como los costos energéticos y la infraestructura deficiente.