Alrededor de 3,000 policías se desplegaron frente a la residencia del expresidente surcoreano Yoon Suk Yeol para intentar ejecutar su orden de arresto por insurrección, tras declarar la ley marcial el 3 de diciembre.
Manifestantes se enfrentaron a las fuerzas de seguridad para bloquear el operativo, mientras el Servicio de Seguridad Presidencial complicó el acceso de las autoridades.