Amy Cohen, una médica de 36 años en Estados Unidos, fue condenada a entre 11 y 23 meses de prisión tras ser hallada culpable de incendiar la casa familiar de la nueva novia de su expareja. La jueza del condado de Montgomery, Pensilvania, rechazó la solicitud de libertad condicional presentada por la defensa y determinó que Cohen debía asumir la responsabilidad por sus actos.
La investigación comenzó el 24 de noviembre de 2023, cuando la policía recibió una denuncia por panfletos amenazantes en la casa de una mujer de 99 años. Los volantes incluían imágenes de dos de sus nietas con los ojos tachados, acompañadas de mensajes intimidantes exigiendo que abandonaran el estado de Pensilvania. Días después, el 30 de noviembre, la anciana fue despertada por un incendio en la entrada de su vivienda.
Las cámaras de seguridad, instaladas tras la primera amenaza, captaron a una persona de baja estatura con mascarilla negra, gafas de seguridad y cinta en la cabeza, rociando un líquido inflamable antes de prender fuego. Al revisar las imágenes, la familia identificó a Cohen como la sospechosa, ya que el novio de una de las nietas la reconoció como su expareja, con quien había tenido una relación de seis meses antes de iniciar una nueva con la nieta de la anciana.
Las autoridades obtuvieron grabaciones que mostraban el auto de Cohen regresando a su edificio poco después del ataque. Tras una orden de allanamiento en su casa y lugar de trabajo, encontraron pruebas incriminatorias, como panfletos similares a los utilizados, la dirección de la abuela escrita en un papel, fósforos, líquido inflamable y ropa coincidente con la del video.
La defensa argumentó que Cohen padecía trastorno límite de la personalidad, TDAH y ansiedad, además de estar abusando de anfetaminas en el momento del ataque. Sin embargo, el tribunal consideró que debía enfrentar las consecuencias de sus actos. Además de la sentencia, su licencia médica fue suspendida y posteriormente expiró.