Un bebé prematuro de siete meses, identificado como Ángel, fue declarado muerto por el personal médico tras sufrir un paro cardíaco en un hospital de Caleta Olivia, Argentina. A pesar de los esfuerzos de reanimación, los doctores informaron a la familia que el pequeño había fallecido y su cuerpo fue trasladado a la morgue. La noticia devastó a la madre del bebé, una joven de 28 años, quien había dado a luz en un centro médico local antes de ser derivada de urgencia al hospital debido a complicaciones.
Horas después, la abuela de Ángel acudió a la morgue para despedirse de su nieto. En un momento de profundo dolor, tomó al bebé en sus brazos y notó que aún respiraba y emitió un leve llanto. De inmediato, alertó al personal médico, quienes confirmaron que el recién nacido seguía con vida. Ángel fue trasladado nuevamente al área de neonatología para recibir atención especializada, y aunque no se han revelado detalles sobre su estado actual, su familia mantiene la esperanza de su recuperación.
El sorprendente incidente ha provocado una investigación por parte de las autoridades sanitarias de Santa Cruz para esclarecer los hechos y determinar si hubo negligencia médica en la declaración de fallecimiento del bebé. Este caso ha generado indignación y preocupación por los protocolos médicos empleados en emergencias críticas, mientras la familia de Ángel espera respuestas sobre el error que casi les arrebata a su pequeño.