James Harrison, conocido como el “Hombre con el Brazo de Oro” por su invaluable aporte a la medicina, falleció a los 88 años. Durante más de seis décadas, donó sangre 1,173 veces, permitiendo la producción de 2.4 millones de dosis del medicamento Anti-D, utilizado para prevenir la enfermedad hemolítica del feto y del recién nacido (HDFN).
Su plasma contenía un raro anticuerpo que ayudó a proteger a bebés cuyas madres tenían incompatibilidad sanguínea, evitando que su sistema inmunológico atacara a sus hijos en gestación. Antes de la creación de Anti-D en 1966, esta enfermedad afectaba hasta a una de cada 100 mujeres.
Harrison comenzó a donar sangre en su juventud y nunca faltó a una cita hasta su retiro en 2018. Su compromiso con la salud maternoinfantil lo convirtió en un héroe anónimo para millones de familias.
El australiano falleció mientras dormía en un hogar de ancianos en Nueva Gales del Sur, dejando un legado imborrable en la historia de la medicina.