Un vuelo de Qatar Airways de Melbourne a Doha se convirtió en una experiencia traumática para una pareja australiana cuando la tripulación colocó el cuerpo de una pasajera fallecida en un asiento junto a ellos durante las últimas cuatro horas del trayecto.
Cuando la pasajera se desplomó a bordo, los auxiliares de vuelo intentaron reanimarla sin éxito. Mitchell Ring, otro pasajero del vuelo, relató que la tripulación intentó trasladar el cadáver a la clase preferente, pero el cuerpo no cabía en el pasillo. Ante esta situación, optaron por colocarlo en un asiento libre junto a Ring y su esposa, Jennifer Colin, quien decidió cambiarse a otra fila.
Colin describió la experiencia como impactante y angustiante. “No soy muy buena volando en el mejor de los casos”, comentó entre lágrimas. Al aterrizar, Ring relató que la tripulación les pidió permanecer en sus asientos mientras los paramédicos retiraban el cuerpo. La pareja también señaló que Qatar Airways no les ofreció ningún tipo de asistencia tras el incidente.
En un comunicado, la aerolínea expresó sus condolencias a los familiares de la pasajera fallecida y aseguró que sus representantes hablaron con los pasajeros afectados para atender sus preocupaciones. Sin embargo, la compañía no respondió si se les ofreció algún tipo de compensación.
El protocolo de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional establece que, en caso de fallecimiento a bordo, el cuerpo debe asegurarse en un asiento con el cinturón de seguridad y cubrirse con una manta si no hay una bolsa para cadáveres disponible. Los pilotos pueden decidir continuar el vuelo hasta el destino original o desviarse en función de la situación.
Aunque poco frecuentes, las muertes en vuelo ocurren. Un estudio de 2013 encontró que hay una emergencia médica en aproximadamente uno de cada 604 vuelos, pero solo el 0.3% de los casos resultan en fallecimientos. En la mayoría de estos incidentes, el protocolo dicta que los cuerpos permanezcan en los asientos hasta que el avión aterrice.