Los perros son animales profundamente empáticos y están estrechamente vinculados a sus dueños. Aunque no comprenden los trastornos emocionales humanos como la depresión o la ansiedad, son capaces de percibir cambios en nuestro comportamiento y estado emocional. Esta sensibilidad se debe a su agudo sentido del olfato y a su capacidad para interpretar el lenguaje corporal humano.
Según la Dra. Andrea Bernal, Médica Veterinaria Nutricionista de Maka Recetas, los perros detectan alteraciones en nuestra química corporal, como el aumento de cortisol, una hormona relacionada con el estrés. Además, pueden leer nuestro lenguaje corporal y notar cuando algo no está bien. Esta percepción les permite responder ofreciendo su compañía y apoyo.
Un estudio de la Universidad de Queen en el Reino Unido reveló que los perros pueden oler cuando una persona está estresada, captando cambios en la respiración y el sudor con una precisión del 93.75%. Este hallazgo destaca la capacidad de los perros para detectar señales fisiológicas asociadas al estrés psicológico agudo.
Además, los perros tienden a imitar las emociones y comportamientos de sus dueños, un fenómeno conocido como “mimetización”. Si una persona es ansiosa, su perro puede volverse ansioso también, no porque copie directamente la emoción, sino porque responde a los hábitos y energía de su dueño.
Los cambios en la rutina diaria también afectan a los perros. Si un dueño experimenta depresión o ansiedad y modifica sus hábitos, como reducir los paseos o el tiempo de juego, el perro puede sentirse estresado o confundido. Esta alteración en la rutina puede llevar a comportamientos indeseados en la mascota.