Celeste, una niña de 4 años, perdió la vida en el río Paraná cuando su familia intentaba cruzar hacia Paraguay de forma no autorizada. El incidente ocurrió en la localidad de General Urquiza, provincia de Misiones, cuando la pequeña embarcación en la que viajaban se desestabilizó. Mientras su madre logró regresar a la orilla junto a su hijo menor, la corriente arrastró a Celeste, cuyo cuerpo fue localizado posteriormente por las autoridades, quienes también iniciaron la búsqueda del acompañante de la familia, que aún no ha sido encontrado.
La razón del viaje estaba relacionada con una situación legal pendiente de la pareja de la madre de Celeste. Según investigaciones, la familia pretendía cambiar de residencia debido a estas circunstancias. Esta situación fue confirmada por la abuela materna, quien compartió que el contexto familiar era complicado y que, en varias ocasiones, se intentó encontrar soluciones que protegieran el bienestar de los niños.
En declaraciones a medios locales, la abuela expresó que la niña había manifestado su deseo de no realizar el viaje. También relató que, por las condiciones de vida, Celeste no asistía regularmente a la escuela. Pese a haber ofrecido cuidado de su nieta en otras ocasiones, la madre de la menor optó por permanecer unida a su familia. Esta historia ha conmovido profundamente a la sociedad y ha generado reflexiones sobre la protección de la infancia y el acompañamiento en contextos vulnerables.