El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha declarado el 2 de abril como el “Día de la Liberación”, fecha en la que firmó una orden ejecutiva imponiendo aranceles recíprocos a diversas naciones. Esta medida busca reducir el déficit comercial y fortalecer la industria nacional bajo su política de “Estados Unidos primero”.
Los nuevos aranceles afectarán productos clave importados de China, la Unión Europea y otros socios comerciales, con el objetivo de incentivar la producción interna y disminuir la dependencia del extranjero. “Vamos a luchar contra esas barreras comerciales”, declaró Trump, defendiendo la decisión como esencial para recuperar el control económico y enfrentar prácticas desleales.
Mientras que sus seguidores ven esto como un acto de soberanía económica, la comunidad internacional ha reaccionado con preocupación, advirtiendo sobre posibles represalias y un impacto negativo en la economía global. Expertos señalan que esta acción podría agravar tensiones comerciales y afectar a los consumidores estadounidenses con un alza en los precios.