Varios planteles privados de educación superior, como el Tecnológico de Monterrey, la Universidad Iberoamericana, el ITAM y la Universidad Panamericana, consiguieron suspensiones definitivas que frenan temporalmente la entrada en vigor de las reglas que buscan prohibir la venta de comida chatarra en sus instalaciones.
Estas medidas forman parte de un plan impulsado por la Secretaría de Educación Pública (SEP) para fomentar hábitos alimenticios saludables en los centros educativos. Sin embargo, los jueces que concedieron las suspensiones argumentaron que las restricciones no aplican del todo en universidades, ya que la mayoría de sus estudiantes son mayores de edad y tienen derecho a decidir qué consumen.
Algunas universidades, como la UVM y la Unitec, habían recibido suspensiones provisionales, pero decidieron abandonar sus juicios de amparo.
Además de las instituciones educativas, al menos 13 empresas del ramo alimenticio también han promovido amparos. Una de ellas es Maison Kayser, que tiene presencia dentro de campus universitarios y consiguió mantener la venta de sus productos tras una resolución favorable de un tribunal colegiado.
Los magistrados señalaron que si en una escuela coexisten estudiantes de preparatoria y universidad, los negocios deben tomar medidas para evitar vender productos restringidos a menores de edad, pero no tienen por qué limitar el acceso a adultos.
Por su parte, la SEP advirtió que estas suspensiones afectan el interés colectivo y van en contra de los esfuerzos para combatir la obesidad y promover una cultura de salud. Sin embargo, el Noveno Tribunal Colegiado en Materia Administrativa de la Ciudad de México concluyó que no existe justificación constitucional para prohibir ciertos alimentos solo porque el comprador se encuentra en una escuela, si es mayor de edad.