Valentina Guzmán Murillo, la niña de 11 años que perdió la vida en el desplome de la ambulancia aérea en Filadelfia, es recordada como una verdadera guerrera.
Originaria de Ensenada, enfrentó desde su nacimiento el mielomeningocele, una grave malformación en la médula espinal que le causaba complicaciones como hidrocefalia y pérdida de movilidad.
A pesar de los desafíos, con el apoyo de la organización Shriners, recibió tratamientos especializados en Filadelfia y acababa de recibir el alta médica el 31 de enero.
El accidente también cobró la vida de su madre, Lizeth Murillo Osuna, quien con esfuerzo y pocos recursos acompañó a su hija en cada batalla. Su familia, especialmente sus tíos, se encuentra devastada por la tragedia, aún asimilando la pérdida.