La tradición japonesa fomenta la limpieza y el orden desde la niñez, impulsando la idea de que dedicar unos minutos diarios a las tareas del hogar evita la acumulación de suciedad.
Entre estos hábitos, destaca la constancia en barrer, trapear y lavar los trastes y la ropa de forma cotidiana, así como el minimalismo en los objetos que se conservan, guardando solo lo esencial y eliminando aquello que ya no se utiliza.
Además, se promueve retirar el calzado al entrar en casa para no llevar la suciedad del exterior al interior, y usar pantuflas o sandalias especiales dentro del hogar.
Otro principio clave para los japoneses es realizar la limpieza de manera colectiva, donde cada integrante de la familia participa activamente, dividiendo responsabilidades para agilizar las labores y mantener armonioso el ambiente.
A esto se suma la importancia de tener espacios bien organizados, con muebles o cajas que ayuden a acomodar cada objeto y evitar la acumulación de polvo.
Con estos cinco hábitos, la cultura japonesa ofrece una guía práctica para quienes deseen iniciar el 2025 con un hogar más limpio y ordenado.