Durante el invierno, mantener una habitación cálida puede ser un desafío, pero con algunos ajustes simples puedes lograrlo sin necesidad de calentadores costosos.
Una de las primeras medidas es sellar grietas y hendiduras en paredes, ventanas y puertas para evitar que el frío entre. Además, decorar las paredes con cuadros o muebles ayuda a distribuir mejor el calor, evitando que los muros vacíos acumulen frío.
Otro consejo efectivo es cambiar tus cortinas por opciones térmicas o, si prefieres ahorrar, usar cortinas pesadas o incluso cobijas gruesas para aislar el frío. Complementa esto con una alfombra en el suelo, que contribuye a mantener el calor en la habitación. Estas pequeñas modificaciones harán que duermas cómodamente con menos cobijas y sin recurrir a sistemas de calefacción caros o riesgosos.
Por último, recuerda que cuidar de la seguridad es esencial. Evita métodos peligrosos como encender carbón en interiores, que podrían causar accidentes o intoxicaciones.
Con estos trucos, disfrutarás de un invierno más cálido y seguro en tu hogar.